DEL Texto:
“Estudio de la Historia”
de Ma. Carmen González M.
La historia es sin duda el aporte de
una larga cadena de individuos preocupados por su existir y que ven en esta
disciplina la respuesta a sus inquietudes.
Una confrontación constante
En
la historia de la historiografía mundial ha existido una cruzada persistente de
las formas o concepciones opuestas con respecto a esta ciencia (la historia) y
por lo cual se ha debatido en distintos niveles la utilidad de esta ciencia,
por tal motivo no extraña que fuese utilizada para afianzar sistemas de
gobiernos y sistemas políticos en general. La utilidad y las funciones
de la historia son disímiles según cada corriente historiográfica pero cada
cual prescinde del enfoque de las otras y del debate entre ellas han surgidos
textos que hoy en día son clásicos, como por ejemplo “Combates por la historia”, de Lucien
Febvre.
Esto
ha hecho que el problema existente -con respecto a la historia (lo expuesto en
el anterior párrafo) hace que los que están en directa relación con esta
ciencia, constantemente se interroguen sobre esta misma y no logren obtener una
respuesta que los satisfaga y haga que se pregunten sobre la utilidad y
significado de propio de la historia. Ha resultado difícil para cualquier
escuela responder a las preguntas básicas sobre la historia (que es, la
utilidad, o hacia dónde va), generalmente cada respuesta presenta baches y que
no llegan a convencer ni siquiera a los que la plantean lo que evidentemente
hace plantearse la idea de una crisis y confrontación constante. Quizás una de
las preguntas de más controversia es si la historia posee un carácter
científico que le permita ser ciencia (con métodos científicos) aspira a serlo o no es más que una disciplina
carente de rasgos definidos y distintivos.
En
cada nación (de occidente por lo menos)
la historia ha tenido que sortear cuestionamientos en su quehacer dentro de los
contextos sociales propios de cada
territorio y en el devenir de los
últimos siglos del milenio, cuyas interrogante se han acelerado de la mano con
los profundos cambios que se suscitaron.
Evolución y tentaciones de la Historia
La historia ha pasado de su parte del
género literario con una variedad de carentes de la misma literatura
(antigüedad) a ser comprendida como la conocemos en la actualidad a partir del
S. XVIII y principios del S: XIX en dónde en definitiva se reconoce una disciplina llamada propiamente tal “Historia”. Del renacimiento y la
ilustración la historia ha tomado un nuevo carácter y que reemplaza a la
concepción teológica cristiana.
Los
movimientos intelectuales y artísticos fueron capaces de influir gravitantemente en
el que será el inicio de una cadena de
nuevos aportes a las formas de hacer historia eso sumado al interés por los
procesos contemporáneos (siglo XII)
políticamente relevantes y en dónde la historia estuvo al servicio del
poder instaurado en forma de “crónica”, esto en cierta medida viene a humanizar
la historia, y con los aportes de la ilustración cuya perspectiva de guerra se
extendería más a campos como la moral o las costumbres.
En
el siglo XIX, la historia no pudo estar ajena a los procesos que se vivían en el
mundo y se vio gravitantemente influenciada por las ciencias naturales las
cuales estaban de moda y sus métodos parecían lógicos y dignos de ser imitados,
en especial por el método científico y se trata de buscar leyes que rijan el comportamiento social, en consecuencia se cae en una
historia “positivista” avalada por la búsqueda de fuentes rígidas y objetivas
tratando de contar los hechos históricos tal como sucedieron y tratando de
descubrir la “verdad” manteniendo una imparcialidad lo qu8e significaba el
alejamiento de percepciones filosóficas de la ilustración, el reflejo a otras corrientes de la historia
por ejemplo lo cultural o lo económico,
se abandonaba.
La
aparición del materialismo histórico sustentado en Marx y Engels confecciona un
nuevo escenario que no tiene cabida hasta siglo XX con la aparición de los
regímenes autoritarios, el capitalismo y los devastadores procesos suscitados.
Las
arterias de la historia
La
historia del siglo XX –o el análisis histórico- se ve enmarcado dentro de tres
corrientes que se tornan las principales durante esta época, estas son: la
escuela alemana, la marxista (Inglesa), y los annales (Francia).
Los
annales en la tercera década del siglo XX, hacen aportes fundamentales al
estudio de la historia, la Interdisciplinaridad y los aportes que puedan hacer
estas contribuyen directamente a construcciones mucho más completos. Los
annales fundan lo que sería una serie de generaciones de historiadores, principalmente europeos, que terminas con la
historia cultural (Burke) y de las “mentalidades”.
Las tres corrientes historiográficas, dominantes durante
“la década de oro de la historiografía (1960-1970)” son cuestionadas durante la
década del 70, pues al estar aisladas una de la otra, cada una prescindía de
algo que tenía la otra.
A
raíz de algunos aportes de la escuela de los Annales, nace la historia de las
Mentalidades –que mezcla los análisis históricos con la sociología o la
psicología. El debate posterior a los años 70, aporta nuevos elementos al estudio
de la historia, tales como los estudios antropológicos, traen nuevos enfoques
(Micro histórico) y fijan su mirada en actores históricos antes dejados de
lado, en este instante se da paso al estudio de la vida privada, popular, de la
mujer, por citar algunos ejemplos.
Nuevos ruedos
Los
profundos cambios sociales y los avances
de la modernidad que se han producido en los últimos años del siglo XX, han dad
pie para que la historia acapare nuevos temas, dándole fuerza y un nuevo
carácter. Aunque ya no predominan las clásicas concepciones de la historia,
tampoco ninguna escuela, cuestión que tiene que ver no con una crisis de la
historia si no de la filosofía del cientificismo. La historia tiene que
someterse a la nueva sociedad de incertidumbre, dónde realmente no se sabe cual
es el camino correcto a seguir.
Del
debate histórico a la sala de clases
En
este punto es importante destacar, que si bien, la historia como ciencia –les
guste la denominación o no a algunos- ha tenido una transformación algo
tortuosa, a estado sólo entre los expertos, pues en las aulas -a través de los
profesores-, no se ha percibido tan abiertamente. Sólo se puede notar en los
planes y programas, según la corriente política del gobierno en curso del
estado que se vea, y el profesor de historia a tendido a tomar una posición más
neutral dentro de lo que debe de enseñar, se preocupa ,casi exclusivamente, de
QUE debe enseñar y no de que historia enseñar a sus alumnos como tratando de no
meterse en problemas, o bien, por que no dispone del tiempo o de la disposición
para inmiscuirse en asuntos que ve sólo le competen a los especialistas, o sea,
los historiadores.
César
Gutiérrez H
Astrid Márquez A.
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